Como cada año, el Tattler nos pidió hacer una reflexión acerca del rol, la figura, el perfil, la imagen, la ontología... en fin, eso a lo que nos referimos cuando hablamos de ser comunicador.
A partir de un remanso generado en la red social protagonista de los últimos tiempos, bueno, para no decir lo que surgió de una simple pregunta en un muro, justificando la teoría que domina los pasillos de nuestra redacción acerca de que mientras menos rebuscado el estado de Facebook (o lo que se desee compartir) más efecto genera, más repercusión, más afección?.en fin, decidimos retomar una reflexión que no es la primera vez que ronda nuestras cabezas y conversaciones cotidianas en los más diversos ámbitos.
Cualquier carrera que se precie de ser buscada en el diccionario tendrá como resultado una definición?menos la del Comunicador. Lo más grave (si se puede decir grave) es que cada persona que intenta explicarlo alegando saber del tema, da un acercamiento diferente. Una profesora de Comunicación Estratégica nos consideraba mediadores, también decía que el comunicador puede poner un ¿kiosquito? donde quisiera y allí trabajar (si nos ponemos a pensar en la cantidad de gente q bajo esta etiqueta vende fruta y demás productos diríamos que no estaba muy errada).
Pero pongámonos serios: ¿es posible encontrar al menos en el ámbito académico una definición en algún lugar real o virtual que nos guíe?, o estamos tan ciegos que tenemos delante de nuestros ojos el tesoro y no sabemos verlo, en ese intento tan comunicador de buscar la quinta pata al gato, la raya al tigre, el pelo al huevo...¿somos la "gata flora" de las carreras?
¿Es acaso una defensa definirnos siempre por lo que no somos? Porque algunos buscamos a partir del festejo del Día del Periodista este 7 de junio último, definir el día del comunicador como un no-día y en consecuencia definirnos a nosotros como no-periodistas. Hay una división de opiniones en la redacción que creemos que en el fondo confluye en lo mismo. Por un lado, el grupo mas latouriano dice que no hay un día ni un no-día, sino un tanto-días, mientras que el grupo más rizomatico alega la hipótesis del no-día.
Después de varias horas discutiendo, mate primero y tragos varios después, terminamos llegado a la idea de que en realidad no son ni no ni tantos, más bien es un flujo, un continuo, un movimiento constante en el que el mismo hecho de movernos, ser nómades y nunca los mismos hace imposible encasillarnos. La hibridación no permite colocarnos en un lugar. Habitan en nuestro interior multitudes que nunca, jamás pueden ser etiquetadas, por el simple hecho de que este movimiento las transforma en algo inestable (en todos los sentidos del término). Ya lo dijo Latour: "No hay in-formación, solo Trans-formación"
A pesar de todas estas ideas, nos gustaría abrir la discusión tomando este término como debidamente debe ser tomado, es decir, como una instancia de juntarnos a pensar como diría un docente querido, para que este espacio sea la caja de resonancia sobre "qué somos". Somos una coctelera, somos una piñata, nos metieron en una picadora de carne a ver que salía, una ensalada de frutas, una bagnacauda, un locro, o estamos como óleos en paleta de pintor, transformándonos en diferentes colores de acuerdo a las combinaciones, resultando en un caos que cada quien podrá significar a su manera en un mundo en el que ya no existen las representaciones, todo es fruto de la presentación, del juego, de operar, hacer, de ser-con y no hacer-como...bueno, nos pusimos filosóficas.
Bueno, ya que nuestro perfil da para enredarnos, enredémosnos en nuestro perfil
Como primera aproximación podemos decir que quizás nuestra carrera embandera esa gran frase que reza: "Y no soy el otro, pero no puedo ser sin el otro".
El doctor Spencer Reid se dedica a analizar las conductas realizando perfiles sobre los involucrados. En teleconferencia desde Quántico-Virginia (EEUU) charló con nosotras.
El comunicador es una persona que sobre todas las cosas tiene un conflicto con la autoridad y lo institucional. No soporta lidiar con estructuras verticalistas, son partidarios de la horizontalidad para todos sus ámbitos de interacción. Esto lleva a que se sientan más cómodos para accionar dentro de las redes mostrando que los centros le son ajenos.
Aunque no se puedan definir ellos mismos, nomenclaturizan su entornos de formas muy particulares, lo que los lleva a cierto nivel de semiosis ilimitada del que es difícil salir ileso. Tienen por otro lado, una facilidad sorprendente para el mal llamado guitarreo, que puede ser nocivo ya que en muchos casos se tilda de grandes académicos a meros y simples opinólogos.
El 91% define como conflictiva la relación con sus padres, debido a la imposibilidad de satisfacer sus expectativas al momento de definir el título, y vinculado también a que éste no responde a los cánones aceptados socialmente.
Tienen una imposibilidad para autodefinirse, quizás debido a que no tienen un espejo en el Otro en el cual verse identificados. Esto lleva muchas veces a terminar en un serio narcisismo, más propenso a ser visto en personas que trabajan en los medios masivos
Actúan mas como los sofistas de la antigua Grecia, evadiendo los marcos teorizantes y abogando por una práctica constante, de la que se aprende haciendo y se conoce experimentado. También operan como escribas egipcios al momento de emprender la ardua tarea de redactar SU tesina, defendiéndola a capa y espada sin reparar en el hecho de que las verdades absolutas no existen me atrevo a decir que esta figura del escriba ha caducado frente a la empiria, a una fenomenología empírica que privilegia el obrar como manera de intervención.
Aunque sólo el 23,45% termina dedicándose a lo que realmente le gusta y el 99% admita que no sabe bien qué lo afecta a seguir esta carrera, el 100% puede ser considerado sin duda un potencial paciente de cualquier instituto psiquiátrico
Vanemaz & GGss
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