jueves, 24 de marzo de 2011

Edu…..qué???

Si, una vez más caímos por la madriguera, y una vez más la oruga nos hizo tomar una decisión: escribir o seguir mirando para otro lado…
Resulta que a la redacción del Tattler llegó una gacetilla sobre una Jornada Edupunk Intercátedras con gente de la UNR (home sweet home) y la UBA, que sorprendió a más de uno.
Cuando el Jefe de Redacción la leyó, no dudó en encargarle a estas dos cronistas una nota, ya que (por metidas) conocen el dialecto de las redes…sin saber que se tendría que atener a las consecuencias.
Nuestro escaso poder para decir “no” una vez más encuentra a estos 20 dedos frente al teclado, tratando de pensar introspectivamente qué se dice cuando se dice Edupunk.


¿Qué es lo primero que hace uno cuando se enfrenta a un término poco frecuente?…no hace falta casi ni responder: lo googlea .Pero acá está el primer dato interesante: al buscar “edupunk” la web nos remite al link de Wikipedia y con ello somos testigos de la primera imagen, casi nos atrevemos a decir, del símbolo que lo identifica. Un personaje que parece ser sacado de una serie yankee, con vestimenta muy particular y una gesto que vale más mil palabras (y algunas imitaciones olvidables) parece sintetizar un término que ha ganado protagonismo en los últimos tiempos.
Pero, tratemos (cómo nos cuesta!!!) de ponernos serios….
¿Qué es edupunk? ¿Es una nueva tribu urbana más dark que los Emos? ¿Es una moda vintage de la década del 80? ¿Es un hombre con cresta de colores que va por el mundo educando y que en vez de recibir manzanas recibe links de los alumnos? (y no anda con libros bajo el brazo…lleva una netbook) ¿Qué queremos decir con este término?. ¿Es tan nuevo como parece? ¿Es una moda? ¿Una realidad que llegó para quedarse? ¿Un modo de vida? ¿Una filosofía de vida? ¿O una vida hecha filosofía? ¿Es una nueva bebida hecha a base agua tónica y gin? ¿Es un nuevo baile flogger?
Sin meternos en el e-learning ni en un análisis teórico del asunto (que nunca es nuestro objetivo), buscamos reflexionar sobre hechos que más que pasarnos por al lado nos tocan.
Utilísima ya lo dijo antes que Groom cuando cantaba a coro: ♫ hagalo usted misma, con sus propias manos, un poco de ingenio, y mucho amor…que si usted lo hace lo hará mejor
Siempre parece haber una necesidad de teorizar y poner motetes a prácticas que uno realiza, pero nos encontramos con que cuando nos ponemos a hurgar más profundo en qué significan, nos damos cuenta que no nos resultan tan ajenas al hacer diario, a las prácticas nuestras de cada día.
¿Por qué para traer un nuevo término se necesita demonizar al que está?, ¿no se pueden pensar como plantea la Licenciada e Investigadora del CONICET Paula Vera, las prácticas mismas como procesos? Deberíamos considerar entonces a la educación como un devenir, como un entre, no un fin en si mismo, porque de esta manera estaríamos volviendo a lo que criticamos: imponer una idea sobre otra, pensar las cosas como excluyentes (muy cartesiano), ¿por qué terminamos pensando uno “sin el otro” y no uno “con el otro”?.
Proponemos conocer haciendo, volver al primer aprendizaje, al de la infancia… ¿cómo aprendimos de niño? Como dice Henry Jenkins: “El juego es la capacidad para experimentar con lo periférico como una forma de aprender a resolver problemas”.
Chusmeando, curioseando, encontrando un espacio en el que aprender jugando. Cuando de chicos desarmábamos un juguete o creábamos torres con un rasty, ¿para qué lo hacíamos? Movidos ¿por qué extraño placer? La curiosidad de producir, de crear, de aprender, y lo más importante y esencial: lo hacíamos siguiendo las propias iniciativas.
El error en que se suele caer es en pensar que Edupunk sólo es hablar de un cambio posibilitado por las nuevas tecnologías. Pero quizás esto viene de la mano del pensamiento dualista y moderno que divide, binariza, separa las cosas, sin pensar que siempre estuvimos hibridados, desde el amanecer del hombre. Como dice Carina Maguregui, desde que éste empieza a caminar en dos patas es donde realmente nace el hacerlo por uno mismo, y siguiendo a Latour, lo humano está en el intercambio mismo, sea actual, del siglo XIX o antes de Cristo…en fin.
Como dice Luz Pearson en un interesante artículo: “El aprendizaje en línea es el paraíso para la educación: ilimitada información y libre acceso al conocimiento, facilidad en crear redes de aprendizaje, acceso a niveles de educación que por distancia geográfica o presupuesto no se puede. ¿Por qué entender al aprendizaje en red como el enemigo del sistema educativo cuando el sistema educativo podría valerse de esa inmensidad y ofrecer a sus estudiantes experiencias de aprendizaje muy interesantes? Existe la web pero sigue faltando el desarrollo de habilidades para usarla. Existe la posibilidad de aprender en red pero son los docentes quienes nos podrían ayudar para que podamos ser los prosumidores que podemos ser respecto al conocimiento”.
Esto tampoco es una oda al convertirnos en individuos únicos y aislados como muchas veces se profetiza, sino que al ser con el otro, compartir, afectarnos, potenciarnos con las dudas, las inquietudes, las soluciones y los problemas, “yo soy con el otro” y “soy porque el otro dice que soy”. No es hazlo por tu mismo, sino hazlo con otros.
Entonces ¿qué sería de la vida del maestro ciruela habituándose a este término? ¿Nos cuesta tanto imaginarnos en un aula expandida, un aula sin bancos alineados, sin maestros en tarimas ni exposiciones unidireccionales?… ¿será la utopía de unos pocos? ¿será posible volver a las raíces, al arenero? Ya lo cantaba Doris Day…♫ que será..será
A pesar de las ideas del punk, de esa visión de “no future at all”, de un mundo desolado y con una mirada casi apocalíptica, podremos mejor y siguiendo a Jim Groom, pensar el Edupunk como “una forma de enseñar y aprender las prácticas que resultan de una actitud de hágalo usted mismo”…esa es la actitud! O sea, como dice Fito ♫ es sólo una cuestión de actitud ♫…y que siga la rockola!
Siguiendo esta línea de reflexión, edupunk sería lisa y llanamente ser todos padawan…y pensar que, como dice el Licenciado Anibal Rossi, “Es lo mismo hablar de No-Docentes y de NO-alumnos, que decir (parafraseando a Bruno Latour) NUNCA FUIMOS DOCENTES, NUNCA FUERON ALUMNOS?

Whatever will be, will be….
Vanemaz & GGss

Al tomar contacto con la indisciplinada pero condicionante realidad de Edupunk, el primer reflejo de uno suele ser la negación. La imposibilidad de aceptar que esta nueva forma de construir conocimiento constituye una persistente pero flexible arquitectura del saber, que ataca desde diversos ángulos a la academia y su sistema tradicional de enseñanza. Pero Edupunk, aunque nos desoriente porque aparece en la espacio-temporalidad flexible que permiten los resquicios de nuestra agenda diaria, está y sirve. Sirve para aceptar que no existe tal solidez en el conocimiento humano como para considerarlo definitivo. Es más bien, el barro caótico de la pregunta eterna. El caos que sintetiza la génesis de todo nuevo universo intelectual individual.
Con estas disquisiciones insistentemente abiertas nos encontramos muchos comunicadores, cuando adoptamos Edupunk como práctica que por momentos subvierte un poco el conocimiento adquirido en la academia. Desafiar su derecho canónico no es gratis: con frecuencia nos terminamos preguntando si la práctica es más degeneradora que generadora de conocimiento, si no se trata de un atajo superficial, el engaño de un espejismo que nos invita a zambullirnos pero se va moviendo a medida que nos acercamos. ¿Podemos “aprehender” con la misma consistencia?. La opción más realista sería no dejarse tentar por una nueva verdad Suprema, una nueva visión totalizante del saber. Para no reemplazar un molde por otro.
Es debatir, relativizar lo inexorable del aprendizaje libre: para elegir hay que pararse sobre una pila más alta. La de los libros. Para elegir, ¿hay que poder saber elegir? A no desesperar con el futuro que llegó hace rato. También llegó hace rato el mundo físico. De hecho, llegó antes que nosotros y no podemos dejar de pisar en él para ascender por nuestra flamante escalerilla. Edupunk invita, permite y acepta. Fundamentalmente, creo que debate.
Jim Groom is grooming us (más bien like “horse-grooming“). Nos propone fundir nuestra identidad sin otro fin que el de desafiarnos a nosotros mismos a sacar más provecho de la red. Nos alimenta para que podamos trotar libres. Pero no es una nueva Biblia digital. Tan sólo una meczla de ingredientes de nativos digitales: “Jim Tonic”. Zygmunt Bauman, filósofo de la modernidad postindustrial, cita un pasaje genial de Lewis Caroll en su apartado sobre la individualidad y los cambios del mundo movedizo en el que toda esta discusión discurre: “Como ves, aquí se requiere que ahora corras tan rápido como puedas para permanecer en el mismo lugar. Si quieres ir a otra parte, debes correr al menos el doble de rápido que antes”.

Ciro Seisas – Periodista
Redacción ON24
Radio Dos// Rosario


publicado originalmente el 17 de Julio de 2010 en Dialógica

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